El caballero Don Lelio confiesa a su criado Anselmo su amor por Violante, pupila de su amigo Fabrizio, quien anhela casarse con ella por su dinero, a pesar de que ella lo desprecia. Don Lelio solicita cortejarla y Fabrizio accede a disgusto. Violante presume de no creer en el amor, hasta que se encuentra con Pippo, un pastor rico oriundo de su pueblo. Los tres hombres, cada cual por su parte, despliegan una serie de intrigas, celos y engaños para conquistar la chica. Finalmente, surge la llama entre Pippo y Violante, los cuales, con la ayuda de Menica —la hija del tutor— se las ingenian para dar una lección a los otros dos pretendientes. Todos se reúnen al final y cantan al triunfo del amor.