Mientras los hombres hacen política y ganan guerras, las mujeres tratan de burlar la represión sexual impuesta por la moral cristiana y el linaje. Con gran ironía, Joanot Martorell mueve a su protagonista, Tirant lo Blanc, entre estos dos mundos llenando su cuerpo y su alma de heridas: las heridas de la guerra y las heridas, quizá más dolorosas, del amor.
El gran clásico valenciano y universal del siglo XV (la primera novela moderna según muchos estudioos) da pie a un montaje que huye de la recreación museística, dialoga con el presente y apuesta por la palabra y el teatro físico.